Cuando ya no puedes más. Te duele cada órgano, porque la tristeza recorre tus venas. No sabes donde està el límite de las sensaciones ni cuando fue la última vez que sonreiste. No sabes cuando terminó una lágrima, para dar paso a la siquiente.
Y te das cuenta que no estas sola en esto de caer y levantarse, que muchos de los que a nuestro lado estan y tienen heridas de batallas de vida y cicatrices que me hacen recordar los malos momentos vividos y siempre enseñan hacia donde seguir. Las preocupaciones no construyen hechos concretos que resuelven los problemas, sino que son drenajes por los que se pierde la energía.

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